viernes, 27 de febrero de 2015

Carta a los suicidas

A vosotros que ya tenéis la decisión. La decisión de iros y acabar con vuestro cuerpo. Tengo algo que pediros. Sean cuáles sean vuestros motivos. De mi parte no cabe moralidad. Sólo un deseo. No os vayáis solos. Acompañaros por esos que os han dado el impulso. Por esos que os han dado el lugar conveniente. La programación contra la que habéis luchado.

Como sabéis, la superpoblación de psicópatas y asesinos es insostenible. El equilibrio es más necesario que nunca. Convertiros en el arma del último instante. Llevaos con vosotros el excedente que ahogará a los vuestros. Que los dejará pudrirse en las calles o las cárceles. En fosas sin nombre. sangrando a la deriva. Libradnos de su presencia. De sus sonrisas infectadas.

Por favor, no os vayáis solos. Acompañaros de aquellos que firmaron vuestro nacimiento y vuestra muerte. De aquellos que predican el falso secreto. Por los parásitos que descargan los brazos de la Tierra. Por las sombras del disfraz humano. Llevároslos a la oscuridad más cerrada. Aplastadlos, ahogarlos. Solos. Llevároslos. Acompañaros.  





miércoles, 18 de febrero de 2015

Sonrisas muertas.


Mantened vuestras sonrisas en el fondo. No las olvidéis. Ellos no lo harán. En el futuro invierno los bebés desahuciados os encontrarán. Y entonces os sacarán una sonrisa. Esa que habíais olvidado. Y será doloroso. Sacarla del fondo de vuestra muerte. A través de vuestra vida y vuestra carne. De vuestra historia de servicio creyendo que nunca tendréis condena. Pero la tendréis. Será en el futuro invierno. En la calle. Como se hacen las ejecuciones. Ante todos los desahuciados y golpeados por vosotros, lacayos. Porque en el futuro invierno los bebés-hombres ya no necesitarán servir ni ser servidos. Sólo arrancaros la sonrisa antes de que la naturaleza acabe con vosotros.